Hace unos meses revisando cosas viejas encontré mi libro de vuelo. Una carpetita que indica cuantas horas de vuelo realicé. Y tengo que meter una pausa… muchos lectores no saben que soy piloto. De hecho hasta mis hijas dudaban cuando se los conté hace un tiempo.
El tema es que ahí adentro de la carpetita estaba mi licencia y al ver la fecha de otorgamiento decía enero 1997. O sea estoy a días de cumplir 20 años de obtenerla, y eso era razón suficiente para volver a volar.
Este fue el año más viajado de mi vida con unos 93 aviones tomados, pero eso irá para otro post. Pero un día antes de que salga esto volví a sentarme en un biplaza, despegué, aterricé, volví a hacerlo y… #RiquelmeEstáFelí
Y la verdad no fui con intenciones de tomar fotos en vuelo, hacer videos ni nada por el estilo. Fui a volar, como cuando lo hacía en Don Torcuato «a fines del siglo pasado». Donde seguro mi celular era grandote y pesado, no tenía cámara y servía sólo para hablar haciendo la parabólica humana.
Pero luego de buenas charlas previas con mi instructor, de recorrer y chequear todo el avión, de ir familiarizándome con el, y de ver que CASI como con una bicicleta uno no se olvida lo que aprendió… si hago el post breve para contarlo, ya con algo de confianza.
Y con el post sólo quiero mostrar algunas cosas que me preguntaron por twitter:
Volé en un Tecnam 2002, de los dos que tiene la escuela. Este es de los ensamblados en Mendoza, en Aerotec. Que me pareció hermoso y «muy volador»
La matrícula con la S no existía en mi época e indica avión deportivo
¿Donde volví a volar? En 18 Cañuelas que como el nombre lo indica está en Cañuelas 😉 A una hora de mi casa en auto, unos minutos más que ir a Morón donde está la inmensa mayoría de escuelas de vuelo. Yo que aprendí a volar en Torcuato y luego algo en San Justo… ya no tengo esos espacios, porque la aviación civil cada vez tiene menos lamentablemente.
Así que gracias a la escuela, a Ana por el soporte vía whatsapp durante todo el tema del INMAE y la realización del psicofísico, a Hangar X que me contó de la escuela y por supuesto a mi instructor, el gran comandante Enrique Lippi, que cuando se baja del Boeing 737NG, no solo vuela su planeador los fines de semana, también tiene tiempo y ganas de dirigir esta escuela y seguir enseñando a volar.
Ah… y también me tomó esta foto, donde la cara de feliz cumpleaños me dice que fue bueno volver. Esto fue a los minutos de haber despegado y ya nivelado
No volaré mucho por cuestiones de tiempo y de revisión de presupuesto 😉
Pero si es una alegría inmensa haber concretado este regreso después de tantos años y sólo lo quería contar. Ojalá en 2017 pueda tener continuidad y no descarto ir probando los otros métodos de la aviación… esos que no tienen motor 😉
Pero paso a paso, o mejor dicho chequeo a chequeo!
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Gracias…gracias por compartir tu regreso. Se de que estas hablando, en este ultimo tiempo «me cuelgo»cada vez que paso por el aeroclub de Rio de la Plata de Berazategui (o sea, todos los dias) y , si bien mi licencia de Piloto Privado cumplio 24 años, ya la estoy desempolvando y a mis 41/42 tengo pensado volver a sentir eso que no se puede explicar con palabras….. circunstancias de la vida a veces nos llevan por otros caminos, pero el cielo nos llama!!! Un gran abrazo colega!!!
Maravilloso!!!!
Y yo tengo que insistir… tengo que ser más regular!